Se estrena este viernes en Estella El desván de Kilkarrak, la obra con la que el grupo de la ciudad festeja su 25 aniversario

El grupo de teatro de Estella Kilkarrak (grillo, en euskera), que celebra este año sus 25 años de historia, estrena este fin de semana El desván de Kilkarrak, obra con la que van a cerrar las celebraciones y que incorpora a los grupos musicales de la localidad que han colaborado con su proyecto a lo largo de los años. Está dirigida por Yolanda García Vega, de 32 años, miembro del grupo desde hace 7 años y primera vez que se pone a este lado del escenario. (Fuente: Aquí muere hasta el apuntador)

En el montaje participan actores en activo y otros que vuelven con esta fecha especial, así como los intérpretes de Fresno y una larga lista con músicos como Fernando Sánchez júnior, la fanfarre Igarri, Mikel Andueza y Mauro Urriza. Entre unos y otros, serán medio centenar de personas las que saldrán a escena el próximo fin de semana en el cine Los Llanos en una doble representación, el viernes 12 a las diez de la noche y el sábado 13 a las ocho y media.

Pedro Echávarri Vega, uno de los fundadores del taller de teatro, habla de un montaje que se reserva el factor sorpresa. “No es una antología, sino un espectáculo con entidad propia que responde a un guión colectivo y mostrará también las relaciones humanas entre nosotros a lo largo de estos años”, subraya.

Con un hilo conductor no desvelado, el grupo ultima los preparativos de un espectáculo que requiere un soporte técnico importante y proyectará imágenes con sus distintas representaciones, desde el Picnic que inauguró su trayectoria en 1983 hasta los Diez negritos del 2007. Con la del cumpleaños, suman 17 los proyectos estrenados desde entonces en Estella que han paseado después el nombre de la ciudad sobre otros escenarios.

Cabeza visible del grupo a lo largo de este cuarto de siglo, Pedro Echávarri reivindica hoy a la gente joven que sigue haciendo posible Kilkarrak. “Son personas en la treintena y muy comprometidas con el grupo. Ha habido cambios porque cuando empezamos éramos más militantes en el tema del teatro y ahora el ritmo resulta más pausado, pero con gente muy formada en aspectos técnicos y que aporta mucho al proyecto. A pesar de los compromisos laborales o de la maternidad, que también influye cuando los hijos son pequeños, se ha seguido siempre funcionando”, señala.

Como Pedro Echávarri, su hermana Luci, Pedro Irulegui, Raúl Urriza, Ángel Hervás, Roberto Larrión, Sergio Casi y las hermanas Cristina y Natalia Lisarri forman parte de los orígenes del proyecto teatral para Estella. Ellos y otros compañeros tendrán su instante en escena. Liberado de sus obligaciones en la presidencia del Itxako, Raúl Urriza de Miguel tiene ahora más tiempo para dedicarse a su pasión de muchos años junto con el balonmano. Su papel en El desván le llevará de nuevo a El Pelícano, la obra que representó en 1984. “Va a ser algo muy bonito y la oportunidad de volver a estar con gente que formó parte de Kilkarrak al principio y lo fue dejando”, cuenta.

Roberto Larrión ya era parte del proyecto cuando Kilkarrak no se llamaba todavía así. Desde los 14 años de entonces a los 41 de ahora. Ensaya con el resto su papel en El desván, un guiño a Vade Retro (1985), la primera obra que salió fuera de Navarra que él y Raúl Urriza sacaron adelante prácticamente en solitario. Además de amigos, Roberto Larrión encontró en Kilkarrak un proyecto de vida en común con su mujer Amparo Chasco Ganuza, con la que tiene dos hijas. Como él y otros compañeros, trabajo y familia ocupan un tiempo que hoy no da más de sí para el teatro. “Será bonito recordar aquellos tiempos y ver de nuevo a los amigos”, argumenta Amparo Chasco, de 37 años.

De una vivencia similar habla Bárbara Zabalegui Cabestreros, de 32, a quien la maternidad le ha alejado también del escenario. Aunque ha tenido a su segunda hija hace mes y medio, no ha querido perder la oportunidad de tomar parte en un montaje que Kilkarrak quiere añadir con mayúscula a su historia. “He tratado de seguir con pequeños papeles, como las visitas teatralizadas al Monasterio de Irache y ahora me apetecía participar en lo posible. Cuando el teatro te gusta tantísimo, cuesta dejarlo y está también la amistad con el resto”, subraya.

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