La concentración infantil de disfraces tuvo lugar en la plaza de Los Fueros a partir de las 17 horas - Un pequeño homenaje recordó la memoria del estellés Antonio Jordana Arza, fallecido en
julio.
(Fuente: Diario de Navarra)
Aunque ya por la mañana Lizarra Ikastola movilizó a la mayoría de sus 700 alumnos con un desfile por las calles de Estella en el que participaron unas 800 personas, el carnaval se palpó más
intensamente en todos los rincones de la ciudad a partir de las cinco de la tarde. Lo hizo sobre todo en la céntrica plaza de Los Fueros, a donde llegaron niños, padres y demás familiares a
partir de las cinco, hora de inicio de la concentración infantil.
El punto álgido en asistencia coincidió con la entrega de chocolate caliente a las seis y media de la tarde, cuando se congregaron alrededor de dos millares de personas. La sociedad Gure
Hizkuntza se ocupó de repartir el aperitivo a los pequeños a pie de plaza. Lo hizo media hora antes del horario previsto en el programa y dejó para después el homenaje al popular comerciante
estellés Antonio Jordana Arza, fallecido en julio del año pasado. El cambio se improvisó para aprovechar la menor luz natural y facilitar así la visión de una proyección que concadenó fotografías
del estellés. El vídeo duró alrededor de diez minutos y se plasmó en una tela blanca ubicada en el quiosco.
Los cuatro hijos del comerciante, María Puy, Ángel, Cristina y Beatriz Jordana Ganuza, recibieron de manos de Pedro Echávarri Vega (director del grupo de teatro Kilkarrak) y María Fernanda Ruiz
Martín (miembro de la asociación de carnaval) una placa de recuerdo y la partitura original del arreglo musicalque realizó en su memoria Iñaki Ramos Zugasti, natural de Estella, al Agur jaunak y
se interpretó el viernes de gigantes de fiestas de Estella en la puerta de su comercio. "Es un sencillo homenaje para un hombre sencillo con gran corazón y muy ligado al carnaval porque todos los
años sorprendía con atuendos muy recurrentes", comentó Pedro Echávarri.
Sobre el escenario
Este acto de recuerdo a Jordana interrumpió el desfile de disfraces que comenzó a las seis de la tarde y que se dirigió desde un escenario anexo al quiosco, por el que pasaron los diferentes
grupos que se acercaron a la plaza disfrazados. El punto y final lo dictó el reloj de la iglesia de San Juan cuando marcó las ocho y media de la noche, hora en la que tuvo lugar el toro de fuego.
Al término, ya sólo quedaba la interpretación por parte de los Gaiteros Deierri del baile de la era en la misma plaza a la una de la madrugada como colofón del programa de carnaval de este
año.
En esta ocasión, la asociación del carnaval, integrada por una veintena de colectivos, contó de nuevo con 6.000 euros de subvención municipal para preparar el grueso de las actividades, que este
añorepartió en tres fines de semana. "A esta partida le hemos sacado el máximo rendimiento porque hemos organizado actos durante los últimos tres fines de semana", aseguró María Fernanda
Ruiz.
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